sábado, 11 de abril de 2009

Estamos en fiestas

Llevo una mierda que no me lamo. La señora del abrigo de visón sale del bar de la mano de un hombre que tiene la piel de la cara del mismo color que la ceniza del puro que se esta fumando. También va fino. Ella le mira con cierto cariño, él está demasiado ocupado resoplando y abrochándose los botones del chaquetón como para darse cuenta de nada más.

La calle está hasta arriba de gente que no he visto en mi puta vida y eso que salgo por las mismas zonas de esta ciudad. El agua de los charcos es de color gris y flotan las colillas, esta imagen siempre me ha transmitido una sensación agradable, muy familiar. El olor a perfume lucha en el aire con el olor a calamares fritos y a tabaco. Hay mucho movimiento, mucho color y el Sol lo envuelve todo manteniéndolo calentito.

Solo me quedan cinco euros en la cartera y voy a tener que ir al cajero y contarle alguna historia bonita para convencerle de que me de lo que le pido. Siempre le hablo. Le pido que se porte bien conmigo y que me ayude en los momentos difíciles. Coño, voy mamao y necesito expresarme, le digo las cosas como las siento. Él no me juzga. Tampoco me responde. Nadie es perfecto.
No creo en vírgenes ni santos, pero casi me santiguo cuando veo salir el dinero por la ranura. -¡Chack! “¡Olé!”.

Hay tantas personas en la calle que empiezo a sospechar que algunos son extras, quizás cyborgs-fiesta, programados para darlo todo.
Viene un tío a saludarme que no conozco de nada. Lleva un flequillo tipo ensaimadón y un polo azul cielo, me parece que nadie le ha dicho nunca que ese corte de pelo convierte su cabeza en un apéndice grotesco. Debería estar en el “Circus Popof” sacándole partido a su mal gusto. Por como entorna los ojitos y como mueve la mandíbula sin motivo advierto que va como las “Grecas”. Le hago un recorte como a una vaquilla y me lo quito de encima. ¡Si señor! No entiendo porqué pero la gente no aplaude.

Busco a mis amigos. Los he dejado antes por aquí cerca…creo. Solo veo cabezas anónimas. Han pasado solo tres minutos desde que me fui al cajero y ya me han volao los muy cabrones.Bueno,pues la siguiente me la tomo solo.
Así es esto. Estamos en fiestas.

Un abrazo fuerte!!

Gael

4 comentarios:

  1. Sigue expresandote...que la verdad no existe pero si las sinceridades...

    y la miseria...

    un besote

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  2. Me ha gustado lo del cajero. En estos tiempos que corren hay que mantenerse firme en las creencias.

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